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l monasterio femenino de Santa María de Gracia había sido instituido por el doctor Fernando Villegas, quien fue rector de la Universidad y que según palabras de Francisco de la Maza quiso deshacerse de sus ocho hijas pero principalmente de su suegra y decidió fundar un convento. El arzobispo fray García Guerra propuso que esta nueva construcción quedara anexa a un recogimiento de mujeres abandonadas y viudas pobres llamado Santa Mónica. Se firmó la escritura del patronato el 25 de octubre de 1610. En un principio fueron doce monjas, pero quedó estipulado que con el paso del tiempo serían treinta y tres. El convento se pobló en diciembre del mismo año; de regla concepcionista, de vida contemplativa, se dedicaba a la enseñanza de niñas principalmente. Un día las esposas de Cristo notaron lo gratificante que sería para sus educandas la casa que se encontraba a un lado y decidieron abrir un boquete en una pared y enviar a sus criadas y algunas de sus alumnas a echar a las viudas de ese lugar, debido a ello el convento creció y obtuvo algunos beneficios. Con el paso de los años la iglesia se deterioró y se procedió a la construcción de otra, pero ya bajo el auspicio de don Juan Navarro Pastrana quien por su gran devoción hacia San José sugirió que se cambiara el nombre de María de Gracia a San José de Gracia. El diarista Guijo dice al respecto:
Iglesia de San José de Gracia-. Sábado 26 de noviembre se abrió la iglesia de San José de Gracia, que en su fundación se llamó Santa María de Gracia, de la obediencia del ordinario; salió la procesión del Santísimo Sacramento de la catedral con gran solemnidad y concurso del reino; asistió el virrey, audiencia y tribunales. Púsose la primera piedra en 19 de marzo del año 59 a expensas de Juan Navarro Pastrana y Agustina de Aguilar, vecinos de esta ciudad, cuyo principio fue de carrocero: continuaron el novenario todas las religiones en la forma acostumbrada dando principio del domingo 27 en la catedral (Guijo: 1986, t. II, 161).
El festejo solemne de la dedicación se llevó a cabo el primer domingo de adviento y el presbítero bachiller Diego de Ribera realizó la descripción festiva en octavas, y la dedicó a Navarro Pastrana de quien dice que: ”[…] no ſolo es amigo generoſo de Dios, en lo que le ofrece, ſino que deve intitularſe hechura ſuya por lo que le dà, pues pudiendo ſu omnipotencia obſtentar muchas excelencias al nombrarſe, ſolo quiſo dezirle Dios, para que le conocieſſen liberal” (Ribera: 1661, f. 48 v.).

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