El célebre polígrafo don Carlos de Sigüenza y Góngora fue, junto con Sor Juana, una de las figuras centrales del virreinato mexicano. Su padre se llamó con Carlos de Sigüenza y Benito y llegó a Nueva España directamente de la corte española; su madre estaba emparentada nada menos que con el sin par don Luis de Góngora, motivo por el cual don Carlos adoptó este apellido. Muy joven ingresó al colegio jesuita de San Pedro y San Pablo de donde fue expulsado tiempo después por tener una conducta impropia; este hecho fue muy doloroso e insuperable durante toda su vida. Mostró su devoción hacía la Virgen de Guadalupe con su Primavera Indiana, se distingíó por su inclinación hacia las culturas prehispánicas y fue dueño de parte de la biblioteca de Fernando de Alva Iztlixochitl; fue catedrático de Astrología y Matemáticas de la Real y Pontificia Universidad de México, fue cosmografo real y el intelectual favorito del virrey conde de Galve. Entre sus obras destacan: El paraíso occidental, El teatro de virtudes políticas, Alboroto y motín de 1692, Los infortunios de Alfonso Ramírez, La Libra Astronómica y Filosófica, El Triunfo Parténico y cientos de textos hasta ahora desconocidos. Murió el 22 de agosto de 1700. Decidió que al morir su cuerpo fuera utilizado para estudios científicos.
Un blog dedicado a difundir la vida y cultura de México en la época virreinal.
sábado, 27 de agosto de 2011
El certamen literario del Triunfo Parténico
El Triunfo Parténico fue un certamen literario organizado por la Real y Pontificia Universidad de México en los años de 1682 y 1683; el secretario de esta justa poética fue el sabio criollo don Carlos de Sigüenza y Góngora; se le rendía homenaje a la Purísima Concepción de María. En 1682 el tema central versó en el capítulo III de La Eneida. La publicación del certamen fue el 18 de enero en donde
miembros del Cabildo Eclesiástico salieron por todas las calles de la ciudad que estaban adornadas con colgaduras de finas y hermosas telas.En el certamen de 1683 el tema se basó en el capítulo XII del Apocalípsis de San Juan. En ambos eventos participaron importantes intelectuales entre los que destacan Sor Juana Inés de la Cruz y el mismo Don Carlos quienes enriquecieron con su sapiencia tan importante evento.
martes, 16 de agosto de 2011
Los certámenes literarios
Existe una gran diversidad de géneros literarios en el México virreinal. Destacan las hagiografías, las relaciones de fiestas, los diarios, entre otros. Sin embargo, el género que más proliferó en la Nueva España fue la poesía en todas sus variantes : romances, letrillas, sonetos, glosas, elegías, villancicos, decimas, octavas, endechas, canciones, quintillas, sextillas, sáficos, redondillas y centones. Estas formas de elaboración poética se presentaban en los certámenes literarios organizados por la Iglesia y la Universidad que despertaban en los intelectuales el gusto por componer versos y obtener un prestigio ante la élite culta de la sociedad.
Los primeros certámenes literarios fueron organizados por la Compañía de Jesús con el fin de practicar las lecciones de latín. Posteriormente se vincularon como parte de los festejos religiosos.
Sin embargo, los orígenes de las justas poéticas se remontan a la antigua Grecia; posteriormente se localizaron en la Provenza en donde se conocían como “juegos florales”; luego pasaron a la Italia de los Medici y se trasladaron a España durante el Renacimiento, ahí se conocieron como Academias. Se tiene conocimiento de un certamen español que tuvo lugar en 1474 y fue dedicado a la Virgen María; el secretario del concurso fue el poeta Bernardo Fenollar quien seleccionó las composiciones y las mandó a imprimir a la imprenta de Lamberto Palmart. Esta recopilación se llamó Troves en laor de la Verge María, se dice que este libro fue uno de los primeros impresos en la Península Ibérica.
En un principio, las justas poéticas se enfocaron principalmente al tema religioso; con el paso del tiempo también se realizaron para celebrar asuntos profanos que entretenían tanto a los nobles como a la gente del pueblo. Predominaron los temas amorosos, picarescos y satíricos con personajes que mostraban algún defecto físico. Se dieron casos en donde las mujeres tenían participación activa en ellos. Se afirma que en alguna ocasión un grupo de mujeres se reunió para organizar un torneo poético en donde participaron hombres.
Los certámenes literarios tuvieron su apogeo en la época de Felipe III. Posteriormente, durante el reinado de Felipe IV fueron más numerosos por el gran aprecio que se tuvo a los festejos. Lope de Vega fue asiduo participante en estos torneos poéticos y en 1620 fue nombrado secretario para el dedicado a la beatificación de San Isidro.
En Nueva España , los participantes en estas justas poéticas eran criollos y españoles peninsulares que se dedicaban al sacerdocio; miembros de cofradías o integrantes del clero regular; así como intelectuales no relacionados con la Iglesia como maestros universitarios o funcionarios políticos.
domingo, 7 de agosto de 2011
Corpus Christi
La fiesta litúrgica del Corpus Christi se destacó por su importancia, puesto que, de acuerdo con la Iglesia, era en sí misma la representación completa de Jesucristo en su absoluta divinidad. Cada Jueves de Corpus se realizaban, en España y en los reinos de América, grandes festejos en los que tomaban parte los sectores sociales y políticos. Al parecer, el primer festejo de este tipo en Nueva España fue el 21 de mayo de 1526; hay otra versión que afirma que fue el 24 de mayo de 1529. En esta celebración participaban de forma obligatoria todos los que tenían algún oficio manual; de lo contrario, eran multados con veinticinco pesos oro. En el marco de la festividad había aspectos sobresalientes como los bailes, los adornos, las comedias, la pirotecnia, los autos sacramentales. Pero lo más relevante era la procesión que tenía lugar ese día y se repetía íntegramente ocho días después, la infraoctava de Corpus.
sábado, 6 de agosto de 2011
Las inundaciones en la Nueva España
A lo largo de la historia, la cuidad de México ha sufrido catástrofes naturales que muchas veces opacaron su magnificencia.
Antes de la conquista hubo tres grandes inundaciones, después de la conquista hubo cinco: en 1553, 1580, 1604, 1607 y en 1629.
En septiembre de 1629 lluvias torrenciales devastaron la ciudad durante tres días. Se cerraron las iglesias, los comercios, las plazas y los lugares de recreo. La gente se refugió en la parte superior de sus casas y su principal medio de transporte, tanto de ricos como de pobres, fueron las canoas. Un cronista de la época afirma: “Las canoas sirvieron de todo y fue el remedio y medio con que se negociaba y trajinaba y así, en breves días concurrieron a México infinidad de canoas y remeros”.
Los estudiosos de la época anotan que murieron aproximadamente treinta mil indios y de veinte mil familias españolas quedaron cuatrocientas, ya que muchas se instalaron en otros lugares.
La majestuosidad que describe Bernardo Balbuena en La Grandeza Mexicana se vio mermada por esta inundación que se prolongó cinca años, es decir hasta 1634.
miércoles, 3 de agosto de 2011
El convento concepcionista de San José de Gracia
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l monasterio femenino de Santa María de Gracia había sido instituido por el doctor Fernando Villegas, quien fue rector de la Universidad y que según palabras de Francisco de la Maza quiso deshacerse de sus ocho hijas pero principalmente de su suegra y decidió fundar un convento. El arzobispo fray García Guerra propuso que esta nueva construcción quedara anexa a un recogimiento de mujeres abandonadas y viudas pobres llamado Santa Mónica. Se firmó la escritura del patronato el 25 de octubre de 1610. En un principio fueron doce monjas, pero quedó estipulado que con el paso del tiempo serían treinta y tres. El convento se pobló en diciembre del mismo año; de regla concepcionista, de vida contemplativa, se dedicaba a la enseñanza de niñas principalmente. Un día las esposas de Cristo notaron lo gratificante que sería para sus educandas la casa que se encontraba a un lado y decidieron abrir un boquete en una pared y enviar a sus criadas y algunas de sus alumnas a echar a las viudas de ese lugar, debido a ello el convento creció y obtuvo algunos beneficios. Con el paso de los años la iglesia se deterioró y se procedió a la construcción de otra, pero ya bajo el auspicio de don Juan Navarro Pastrana quien por su gran devoción hacia San José sugirió que se cambiara el nombre de María de Gracia a San José de Gracia. El diarista Guijo dice al respecto:
Iglesia de San José de Gracia-. Sábado 26 de noviembre se abrió la iglesia de San José de Gracia, que en su fundación se llamó Santa María de Gracia, de la obediencia del ordinario; salió la procesión del Santísimo Sacramento de la catedral con gran solemnidad y concurso del reino; asistió el virrey, audiencia y tribunales. Púsose la primera piedra en 19 de marzo del año 59 a expensas de Juan Navarro Pastrana y Agustina de Aguilar, vecinos de esta ciudad, cuyo principio fue de carrocero: continuaron el novenario todas las religiones en la forma acostumbrada dando principio del domingo 27 en la catedral (Guijo: 1986, t. II, 161).
El festejo solemne de la dedicación se llevó a cabo el primer domingo de adviento y el presbítero bachiller Diego de Ribera realizó la descripción festiva en octavas, y la dedicó a Navarro Pastrana de quien dice que: ”[…] no ſolo es amigo generoſo de Dios, en lo que le ofrece, ſino que deve intitularſe hechura ſuya por lo que le dà, pues pudiendo ſu omnipotencia obſtentar muchas excelencias al nombrarſe, ſolo quiſo dezirle Dios, para que le conocieſſen liberal” (Ribera: 1661, f. 48 v.).
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